Por. Vanessa Márquez
Estamos en la época de la hipermodernidad o postmodernidad llamada también la era de la pantalla, la era del consumo que empieza a crear otros vicios que van llenando el vacío absoluto y el mundo de la cibernética nos promete la respuesta.
El avance científico y tecnológico construyen esta nueva era de la globalización que es producida por un espacio cibernético que abren a un campo inaudito dónde se reduce el tiempo y la distancia.
Se cumplen los deseos de la humanidad con la ciencia y tecnología: ordenadores, celulares, aviones, medicamentos que han prolongado el tiempo y calidad de vida, etc. y en un “click” recortamos los tiempos y las distancias.
Ya no necesitamos el tiempo para conocer la noticia de Japón, China, Madrid, lo vemos inmediatamente en nuestras pantallas y perdemos la dimensión del tiempo y el espacio.
En la época de la modernidad, anterior a la hipermodernidad los valores estaban puestos en el compromiso, la palabra y el honor.
Fue el tiempo de las grandes narrativas y las grandes novelas. Había grupalidad y pertenecíamos a los: Martínez, los Hernández que eran los significantes de ligazón y el mecanismo de la represión tenía su función.
A partir de la caída del muro de Berlín, la quinta república de Francia, “los rebeldes sin causa”, el movimiento de los hippies rompieron el “statu quo” de los valores del patriarcado y se quiebra el lugar del Nombre del Padre.
La caída del nombre del Padre alude a que ya no se cree en las estructuras jurídicas normativas y hay un salto de la modernidad a la hipermodernidad que se caracteriza por el corte de lo grupal, la caída de los grandes hombres, la ruptura del lazo social que van produciendo efectos en la subjetividad y epidemias de salud mental.
Hay “epidemia de la soledad” y los jóvenes son quienes representan el mayor problema, según la OMS con una disminución del 70% pasado con amigos.
Las relaciones se están borrando y ya no son importantes, lo más importante es tener el “iPhone” de la última generación, el ordenador o la tablet, etc.
Hemos perdido las relaciones que nos permiten tener ciertas prohibiciones respecto al otro donde las normativas y leyes ya no son significativas para los sujetos y no tiene el valor del límite que antes tenían.
Está nueva era que estamos viviendo esta sostenida por el discurso capitalista dónde la inmediatez está vista como un valor. Pregunto al ordenador y me contesta inmediatamente.
El consumo excesivo se convierte en el valor más importante en esta era de la hipermodernidad.
Estamos en una sociedad liquida y de miedo dice Zygmunt Bauman dónde las relaciones virtuales hacen perder aquella relación que era la relación corpórea con el otro.
Somos consumidos por el sistema cibernético y por el sistema global.
Es indudable los grandes beneficios que ha traído la ciencia y la tecnología a la humanidad, pero a nivel subjetivo se ha incrementado el malestar del sujeto exorbitantemente y podríamos nombrarlo: “El malestar de la globalización.”
La depresión aumento un 71 % en comparación con los niveles de 2019 y la depresión infantil y juvenil ocupa de 35% a 40% de consultas según el ISSTE.
Sólo en la última década los casos de suicidio en México han aumentado cerca de 50% y la OMS estima que para el 2030 la salud mental será la causa principal de discapacidad en el mundo.
Son datos alarmantes que hablan de los efectos de la subjetividad en estos tiempos hipermodernos.
¿Qué podemos hacer ante este panorama?
Resistirnos ante el discurso del capitalismo y su mandato al consumo excesivo que va consumiendo al sujeto.
Hoy más que nunca es vital reconstruir el lazo social y revalorar los vínculos humanos que son soportes de la salud mental de los sujetos.
Esta era de la cibernética, de la pantalla nos envuelve en una fantasía de completud ofreciendo objetos masivos e inmediatos al alcance de un “click” que van ensimismando y aislando al sujeto del mundo real, de los otros, de su comunidad sintiéndose cada vez más solo impactando negativamente su salud mental.
En los vínculos está el alimento de la vida, la nutrición afectiva que necesitamos como sujetos y el sentido de pertenencia tan importante para el bienestar y se están borrando en esta era del vacío.
Te invito a que si resuenas con esta información y estas atravesando una situación complicada, te sientes deprimida(o), no cuentas con una buena red de apoyo, etc. Te acerques a nuestros especialistas de PSYCA y cuides de tu salud que es lo más importante en estos tiempos hipermodernos.
Texto por: Vanessa Márquez. Psicoterapia Psicoanalítica. Especialista en PSYCA Psicología