A veces el tiempo no alcanza, y tus hijos necesitan de ti, tu presencia emocional puede hacer toda la diferencia. Aquí te compartimos formas sencillas de reconectar con tus hijos y fortalecer el vínculo familiar, aún cuando sentimos que el tiempo no nos alcanza.
Estar no siempre es lo mismo que conectar
Ser madre o padre mientras trabajas puede ser como caminar sobre una cuerda floja: llevas en una mano las responsabilidades laborales, y en la otra el deseo de estar presente para tus hijos. Pero en la realidad cotidiana, entre juntas, tareas, compras y pendientes, muchas veces el día termina sin ese momento genuino de conexión que tanto anhelamos.
Y sí sabemos que el tiempo nunca es suficiente. Bastan algunos minutos bien elegidos para reconstruir el vínculo y ofrecer contención emocional. Cuando la comunicación en casa fluye, todo se siente un poco más liviano.
¿Cómo saber si mi hijo necesita más de mí?
No siempre lo van a decir con palabras. A veces lo muestran con actitudes que pueden pasar desapercibidas:
Se aíslan o se vuelven más irritables.
Responden con monosílabos o evitan contarte cómo están.
Se desbordan por cosas pequeñas, o se refugian en pantallas todo el día.
Cambian sus hábitos de sueño o alimentación sin razón aparente.
Estas pueden ser señales de que tu hijo o hija necesita un espacio seguro para expresarse. Y aunque no siempre lo parezca, tú sigues siendo ese refugio.
Formas simples de estar, incluso con poco tiempo
15 minutos al día en que los observes y escuches sin pantallas, sin interrupción pueden generar un gran cambio. Enfócate en sus palabras, y pregunta qué necesita de ti, cómo fue su día, si pasó algo especial, etc
Al regálales un momento sin teléfono, sin interrupciones, sin prisa.
Diles con claridad: “Estos minutos son para ti, para nosotros.”
Permite que ellos elijan qué hacer: dibujar, contar algo, escuchar música juntos, jugar cartas. Más que la actividad, lo que importa es que sientan que su mundo también importa en el tuyo.
La pregunta que abre la puerta
Evita el típico “¿cómo te fue?” y prueba con algo más:
“¿Qué fue lo más fácil y lo más difícil de tu día?”
Ese tipo de preguntas abre espacio a emociones, no solo a hechos.
Validar sin juzgar: A veces no necesitan consejos, solo saber que lo que sienten es válido.
Frases como “te entiendo”, “suena difícil” o “gracias por contármelo” son más poderosas de lo que imaginamos.
Algunas ideas para conversar (según su edad)
Peques (3 a 6 años):
“Veo que estás triste. ¿Quieres dibujar lo que sientes?” O mediante el juego también podemos detectar sus emociones.
Niños (7 a 11 años):
“Parece que eso te frustró mucho. ¿Te gustaría que pensemos en soluciones juntos?”
Adolescentes (12+):
“Sé que no siempre quieres hablar, y está bien. Pero estoy aquí cuando necesites desahogarte, siempre cuentas conmigo.”
No necesitas tener todas las respuestas. Solo necesitas estar disponible.
Y cuando el cansancio toca la puerta…
Tú también necesitas tu espacio y contención emocional. Y muchas veces, después de un día difícil, lo último que quieres es una conversación complicada. Está bien decir:
“Hoy fue un día pesado para mí también, pero quiero estar contigo, aunque sea un ratito. ¿Te parece si jugamos o leemos juntos?” Eso también es conexión. Es importante que tu también expreses tus emociones frente a ellos, sin desbordarte, pero sí validando lo que sientes y piensas.
¿Cuándo pedir apoyo externo?
No siempre podemos con todo, y eso no nos hace malos padres.
Busca acompañamiento si notas que:
Tu hijo lleva varias semanas con tristeza, aislamiento o enojo fuera de lo habitual.
Hay dificultades persistentes en la escuela o en su sueño y alimentación.
Han vivido una pérdida, una separación, bullying o cualquier experiencia difícil.
Dicen cosas como “ya no quiero estar aquí” o se hacen daño.
La salud emocional de tus hijos también merece atención profesional. Pedir ayuda no es rendirse, es un acto de amor profundo.
¿Cómo te apoya PSYCA?
En PSYCA Psicología te ofrecemos un espacio para acompañarte como mamá o papá que trabaja. A través de nuestro Programa de Apoyo al Empleado (PAE) o convenio de descuento con más de 100 empresas:
Te orientamos con una primera escucha y, si es necesario, te canalizamos con especialistas en salud mental infantil y familiar.
Apoyamos también a tus hijos con herramientas adecuadas a su edad.
Si tu empresa ya tiene convenio con nosotros, puedes solicitar este servicio. Si no también podemos acercarte a los especialistas en salud mental.
El bienestar emocional comienza en casa, pero no tienes que sostenerlo sola/o.
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